ADS 1

ADS 3

Cómo salvar al mundo (o al menos a ti mismo) de las malas reuniones

 


¿Te han robado tiempo hoy?

Imagina esto:

Es lunes por la mañana,
estás en la oficina,
apenas te estás acomodando para comenzar el día...
cuando de repente, un tipo que apenas reconoces del pasillo
entra directo a tu cubículo...
¡y se lleva tu silla!

No dice ni una palabra.
Simplemente se la lleva rodando.
No explica por qué eligió tu silla
entre todas las demás.
No le importa que tú necesites esa silla
para poder trabajar.

Obviamente, no te quedarías callado.
Irías tras él, lo seguirías hasta su cubículo
y le dirías:
"¿Por qué mi silla?"


Pero ahora es martes...

Y en lugar de una silla, lo que desaparece es tu tiempo.
Te llega una invitación a una reunión.
Es de alguien que medio conoces del pasillo.
El asunto menciona un proyecto del que apenas has oído hablar.

No hay agenda.
No hay detalles.
Pero tú… la aceptas.
Y vas.

Después de dos horas sin sentido,
vuelves a tu escritorio pensando:
"Ojalá pudiera recuperar esas dos horas… como mi silla."

(Risas)


El problema no es la silla. Es el tiempo.

Cada día permitimos que nuestros compañeros,
que por cierto suelen ser muy amables,
nos roben algo mucho más valioso que muebles:
nuestro tiempo.

Y lo peor…
es que muchas veces nosotros mismos les damos permiso.


Bienvenidos a la era de la MAS

Estamos en medio de una epidemia global:
el Síndrome de Aceptación Automática, o MAS por sus siglas en inglés: Mindless Accept Syndrome.

¿El principal síntoma?

Aceptar cada invitación a reuniones
en cuanto aparece en tu calendario.

Ding. Click. Bing.
Ya está agendada.
Y tú piensas:
"Ya voy tarde a la junta…"


No es que las reuniones sean malas…

Las reuniones pueden ser útiles.
La colaboración es clave.
Una buena reunión puede generar grandes resultados.

Pero entre la globalización
y la tecnología que todo lo invade,
nuestra forma de trabajar ha cambiado muchísimo.

Y nosotros...
¡estamos miserables! (Risas)

No por las reuniones en sí,
sino por el MAS.
Un síndrome que, lo peor de todo, es autoinfligido.


Un poco de evidencia

Hace unos años, subí un video a YouTube.
En él, represento todos los errores de una mala videollamada.

— “¿Quién se acaba de unir?”
— “Hola, soy Joe. Estoy trabajando desde casa.”

Una reunión sin rumbo,
con gente que no sabe por qué está ahí,
y que termina en un desastre colaborativo.

Ese video fue visto por más de 500,000 personas en todo el mundo.
Hoy, ya va casi en un millón de vistas.

Varias empresas grandes —que no voy a nombrar—
me pidieron permiso para usarlo en la capacitación de nuevos empleados.
¿La razón? Enseñarles cómo no hacer una reunión.


Los comentarios no mienten

Miles de personas escribieron cosas como:

"¡Esa fue mi mañana de hoy!"
"¡Esa es mi vida!"
"Me reí... hasta que lloré. Y luego lloré más."

Uno dijo:
"Así será mi vida hasta jubilarme… o hasta que muera. Suspiro."


Pero… ¡no estamos condenados!

Aunque creamos que no hay salida,
la cura está justo frente a nosotros.

Se llama: ¡NO MAS!

(Sí, como en español: "¡Ya basta!")


¿Cómo funciona el NO MAS?

Muy simple:

  1. Cuando recibas una invitación sin detalles, NO la aceptes de inmediato.
    Haz clic en "Tentativa", "Tal vez", o cualquier botón que NO sea aceptar sin pensar.

  2. Contacta a quien te invitó.
    Dile que te interesa apoyar,
    pero pregunta:

    • ¿Cuál es el objetivo de la reunión?

    • ¿Cómo puedes contribuir?

  3. Hazlo con respeto y constancia.
    Si lo haces seguido, las personas empezarán a ser más conscientes al organizar reuniones.
    ¡Puede que hasta manden agendas!
    O que manden un correo en lugar de armar una videollamada con 12 personas.


El cambio empieza contigo

Si tú cambias tu forma de responder,
otros también lo harán.

Y quién sabe…
puede que hasta te regresen tu silla.

¡NO MAS!


Referencia:

https://www.ted.com/talks/david_grady_how_to_save_the_world_or_at_least_yourself_from_bad_meetings?utm_campaign=tedspread&utm_medium=referral&utm_source=tedcomshare

https://www.ted.com/speakers/david_grady



ADS 4