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¿Por qué es tan difícil tomar decisiones saludables? La respuesta está en tu mente (y no es lo que crees)

 

¿Por qué es tan difícil tomar decisiones saludables? La respuesta está en tu mente (y no es lo que crees)


¿Por qué es tan difícil tomar decisiones saludables? La respuesta está en tu mente (y no es lo que crees)

Sabemos lo que es bueno para nosotros, pero seguimos haciendo lo contrario… ¿por qué?

¿Por qué una persona brillante, poderosa y exitosa como Jon Corzine —exsenador y exgobernador de Nueva Jersey— puede terminar casi muerto en un accidente de auto simplemente por no usar cinturón de seguridad? ¿Ignorancia? ¿Rebeldía? Nada de eso. Lo sabía. Simplemente... no lo hacía.

Y ahí está el verdadero problema de la salud moderna: no es un tema de información. Es un tema de comportamiento.


El mito de la racionalidad

Vivimos bajo la suposición de que si le das suficiente información a alguien, tomará mejores decisiones. Pero no funciona así.

  • ¿Crees que los fumadores no saben que fumar mata?

  • ¿O que la gente no entiende por qué es bueno hacer ejercicio?

  • ¿O que alguien con hipertensión ignora que debe tomar sus medicamentos?

Saben. Pero no actúan.


El cerebro tiene “atajos”... y no siempre nos ayudan

La economía del comportamiento nos enseña que no somos racionales, pero somos predeciblemente irracionales. Y eso se puede aprovechar para bien. Estos son algunos de los sesgos que sabotean tus decisiones saludables:

1. El sesgo del presente

Preferimos recompensas inmediatas sobre beneficios futuros. Ese pastel de chocolate se siente mejor que la idea abstracta de una cintura más delgada dentro de un mes.

2. Sobreestimamos probabilidades pequeñas

Es por eso que millones juegan la lotería, aun sabiendo que las probabilidades son mínimas.

3. Odiamos el arrepentimiento

No soportamos perdernos algo. Por eso, David Asch diseñó un experimento en el que si los pacientes no tomaban su medicación, se les informaba lo que habrían ganado en una lotería. Resultado: muchos empezaron a tomarla por miedo a arrepentirse.


Soluciones simples, cambios poderosos

🧼 Lavarse las manos: ¿sabías que solo poner una foto de unos ojos sobre el lavabo duplicó la tasa de higiene entre médicos? Nos comportamos mejor cuando sentimos que alguien nos observa, aunque no sea real.

💊 Medicación: cambiar la forma en que se presentan los incentivos funciona. En un estudio, regalar $42 al inicio del mes y quitar $1.40 por cada día que no se alcanzaba una meta de pasos diarios, funcionó mucho mejor que simplemente ofrecer $1.40 como recompensa diaria. ¿Por qué? Porque el dolor de perder es más fuerte que el placer de ganar.

💵 Castigos mal diseñados: en una guardería de Israel, instaurar una multa por llegar tarde hizo que más padres llegaran tarde. El castigo monetario reemplazó la culpa moral con una “tarifa” emocionalmente cómoda. Le puso precio al mal comportamiento.


Lo más poderoso: el ejemplo social

  • Si ves a otros doctores usar menos antibióticos, tú también lo harás.

  • Si Batman y Robin se ponen el cinturón... tú también lo harás.

  • Si tus acciones son visibles, cambias tu comportamiento.


Conclusión: no luches contra tu irracionalidad… ¡úsala a tu favor!

No se trata solo de educar. Se trata de diseñar entornos donde las decisiones saludables sean las más fáciles, visibles y deseables.

Entender cómo funciona nuestra mente —con sus sesgos, impulsos y miedos— es una herramienta poderosa. No para juzgarnos, sino para mejorar nuestros hábitos desde adentro.


Referencia 

Asch, D. (2018). Why it’s so hard to make healthy decisions – and what you can do about it [Video]. TED. https://www.ted.com/talks/david_asch_why_it_s_so_hard_to_make_healthy_decisions


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